La Ruta Vikinga nos lleva desde Reikiavik hacia las importantes ciudades agrícolas de Selfoss y Hvollsvöllur. A medida que avanzamos hacia el sur, las características vistas de las tierras bajas dan paso a paisajes más montañosos y pronto aparecen los casquetes de hielo. Por un lado, los glaciares, las tierras de cultivo y los volcanes esperan al objetivo de la cámara, mientras que, en alta mar, las islas Westman brillan
seductoramente en el horizonte.Hacemos una parada en el siempre popular Seljalandsfoss, donde, si las condiciones lo permiten, damos un paseo detrás de la cortina de la cascada antes de visitar a su primo cercano, Gljúfrabúi, que se encuentra oculto a la vista en la ladera de la montaña. Luego volvemos a la carretera para buscar otra de las famosas cascadas de Islandia; esta vez se trata de la impresionante Skógarfoss, con su espectacular caída de 60 metros. Aquí dedicaremos un momento a saborear otra de las magníficas creaciones de la Madre Tierra antes de dirigirnos a una de las ciudades más visitadas del país: Vík í Mýrdal. Este pequeño pueblo costero es el único de su tipo en el país, ya que no tiene puerto. Desde la iglesia, podemos tomar fotos increíbles de una fantástica vista panorámica no solo del pueblo sino también de la costa.
Llegados a nuestro punto más meridional, giramos y volvemos a las playas de arena negra de Reynisfjara, donde pasaremos un tiempo explorando y sumergiéndonos en la atmósfera de estos espectaculares alrededores. ¡La vista del imponente Atlántico Norte estrellándose contra las arenas negras nos
brinda una imagen poderosa e inolvidable!¡Pero aún no hemos terminado! Volvemos a la ruta vikinga, esta vez tomando la carretera de la costa y dirigiéndonos hacia el glaciar Sólheimajökull. Tras poner un pie en el glaciar, regresamos a Reikiavik, donde podrás ver las fotos que has tomado durante todo el día de los magníficos paisajes que ofrece este recorrido.